Cambiar la cultura para la transformación digital

Ismael Briasco, un emprendedor nato que acompaña a las organizaciones en sus procesos de cambio
Ismael Briasco - Neurona BA
Ismael Briasco

Cuando la tecnología y la sociedad evolucionan más rápido de lo que una organización puede adaptarse, se dice que esa entidad es víctima del “darwinismo digital”.Este concepto, que actualiza la teoría de Charles Darwin —”las especies que sobreviven no son las más fuertes, rápidas o inteligentes, sino las que mejor se adaptan al cambio”—, se refiere a la necesidad de las organizaciones de adaptarse al nuevo contexto que surgió de la mano de la digitalización.

Ante ese escenario, que por ser global también es una realidad en Argentina, el emprendedor, coach y consultor Ismael Briasco, titular de BigSmartLabs, apunta al cambio cultural de las organizaciones como la base para cualquier cambio tecnológico. En este sentido afirma, en diálogo con Neurona BA que “la transformación digital es un cambio estratégico que se produce a nivel cultural y que afecta a todos los stakeholders de la organización”.

El axioma que simplifica la definición de cultura organizacional como “la manera que se hacen las cosas” en un lugar, concuerda con la afirmación de Briasco que ubica a la tecnología como parte de la cultura.

“La transformación digital de las empresas está en repensar sus necesidades y en utilizar las nuevas tecnologías para adoptar soluciones. Añadir software a un proceso obsoleto no es digitalizar ni cambiar la cultura. Proponer un modelo más colaborativo no implica usar un viejo cuaderno para compartir sino encontrar una adecuada herramienta digital, por eso lo previo es el cambio cultural”, sintetiza.

El proceso hacia el cambio

Explica Briasco durante la charla, que la expresión “transformación digital” no viene sólo asociada a la tecnología, sino al mindset de las compañías digitales de Silicon Valley, que se propusieron desarrollar nuevos modelos de negocios: “ellos rompieron el statu quo, y propusieron horizontalidad donde había verticalidad, líderes que marcan el camino al personal y que ayudan en sus traspiés, en lugar de jefes que dan órdenes y sancionan el error, por ejemplo”.

Por esta razón, para comenzar un proceso de transformación digital y cambio cultural en una empresa, su propuesta arranca con un diagnóstico; “buscamos sacar la foto de cómo está hoy la organización para detectar problemas y empezar a trabajar. En mi experiencia, en más de un 90 por ciento de los casos, la problemática es cultural, rara vez es exclusivamente tecnológica”.

“Mientras hacemos el diagnóstico, que lleva tiempo, buscamos lo que se denomina una low hanging fruit, e implementamos, en un corto plazo, dos o tres cambios simples en la organización, que pueden tener un impacto decisivo en la gente, y que en ocasiones sólo se trata de darle un mejor uso a la tecnología existente, o a modificar una herramienta sencilla. Luego salen los proyectos para abordar lo cultural, pensamos las acciones a desarrollar, que entre distintas acciones implican workshops para ir cambiando el mindset de gestionar de la empresa”, sintetiza.

Para acompañar a las organizaciones en el proceso de transformación digital, Briasco propone el uso de técnicas de growth hacking, marketing online, management estratégico, alianzas, coaching y capacitación, entre otras, y aporta su experiencia personal, de aciertos y errores, en el mundo emprendedor y de las startups.

La importancia de la cultura organizacional

Aquello de que, si uno busca resultados distintos, no debe hacer siempre lo mismo, parece haber guiado a Briasco en su interés por la cultura de las organizaciones. “Cuando certifiqué como coach ontológico entendí que esa mirada es lo que necesitan las organizaciones del futuro: habilidades blandas, relacionales, para cambiar la manera de pensar y adaptarse a los cambios fácilmente. Eso es cultural”, señala.

Así, entre las corrientes de pensamiento más “tecnologicistas” y las que se enfocan en lo cultural, para abordar la transformación digital en las organizaciones, Briasco optó por la segunda, que privilegia el trabajo colaborativo, la confianza, la libertad de innovar.  “Para cambiar la cultura y estar a la altura de las empresas modernas hay que permitirle a la gente equivocarse como parte del aprendizaje y evitar el paternalismo”.

Y concluye: “El último informe del Foro Económico mundial, sobre futuro del trabajo, menciona que el 50% de la población que trabaja en el mundo, tendrá que cambiar sus habilidades y recalificarse, y el 80% de esas habilidades son blandas, que representan aquello que la inteligencia artificial y la tecnología no podrán cambiar.”

Perfil de emprendedor
Ismael Briasco - Neurona BA
Ismael Briasco

Ismael Briasco tiene 45 años, y nació en Rosario, donde vivió hasta los 13, cuando se mudó a la Ciudad de Buenos Aires. Es hincha de Newells Old Boys, tiene 3 hijas: 2 adolescentes, Agus y Ro, de su primer matrimonio, y la pequeña Ema junto a su pareja Naty. Siempre tuvo en claro que le fanatizaba la computación, y cuando a sus 14 años su madre le regaló una computadora, lo primero que hizo fue desarmarla para ver cómo era por dentro.

Estudió Ingeniería en Sistemas en la UTN, hizo cursos y capacitaciones y se convirtió en autodidacta, porque consideró, hace más de 20 años, que los contenidos que tenían en ese momento los planes de estudios estaban desfasados con la realidad tecnológica. Trabajó en distintas corporaciones y cuando se desempeñaba en laborum.com, se le ocurrió armar un foro para compartir “cosas de tecnología” con sus amigos. Ese foro fue psicofxp.com y llegó a tener 20 millones de visitas únicas por mes, en una época en la que no existían las redes sociales. “Psicofxp.com fue mi primera startup, mi MBA en la calle, aprendí del acierto y el error y me metí de lleno en el mundo digital”, rememora.  Como emprendedor también fundó, co-fundó, produjo muchas startups y negocios.

Descubrió el coaching ontológico luego de la separación de la madre de sus hijas, y esa búsqueda personal lo ayudó, sin querer, a reinventarse profesionalmente, a transformarse él mismo y a mejorar sus habilidades blandas, esas que hoy considera clave para quienes lideren los cambios en las organizaciones.

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