Elsa Estévez: Ciudadana del mundo

Elsa Estévez es bahiense, investigadora y docente universitaria. Tiene un título de grado en Ciencias de la Computación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), una maestría y un doctorado en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Sur (UNS), trayectoria académica en la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y en instituciones académicas de otros países. Además, es investigadora del CONICET.

Elsa Estevez - Neurona BA
Elsa Estévez, durante un workshop en La Plata

Si bien al principio de su carrera se desempeñó principalmente en la actividad privada, siempre estuvo vinculada a la docencia, ya que comenzó como ayudante en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en 1986.  Siempre le gustó la interacción con los jóvenes y su trabajo en la universidad. Desde 2004 vislumbró que su interés estaba en la investigación en gobernanza y gobierno digital. Nunca fue funcionaria de gobierno, pero colaboró con gobiernos e instituciones educativas de más de 30 países. De hecho, cuando en 2014 trabajaba en la UNU tuvo la posibilidad de colaborar con el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (IDRC) del Gobierno de Canadá, para realizar una pormenorizada investigación que evaluase el estado del arte en ciudades inteligentes sostenibles.

Actualmente tiene a su cargo la cátedra UNESCO en Sociedades del Conocimiento y Gobernanza Digital en la Universidad Nacional del Sur, es profesora en la UNS y en la Universidad Nacional de La Plata.

Más allá de lo académico

Tiene dos hijos, Ignacio y Agustín, de 33 y 28 años. Pasó gran parte de su vida lejos de su ciudad natal: primero 10 años en Buenos Aires, desde sus 16, para estudiar en la universidad. Luego volvió a Bahía y más tarde vivió 12 años en el exterior: 10 años en Macao (China) y 2 en Portugal.

Sobre las actividades que realiza cuando no se ocupa de lo académico, revela que hace meditación, escucha música y practica la lectura; “pero mi hobby preferido es caminar y disfrutar la playa”.

Dice que vivir en Macao fue una experiencia de vida muy importante, “me cambió mucho la forma de ver la vida. Aprendí lo que es el desapego, a valorar más la diversidad, y me ayudó a evolucionar como persona”.

Acerca de los amigos, señala que son sus “pilares” y se trata de dos grupos que valora muchísimo. “Aún nos encontramos siempre con mis amigos de la carrera de computador científico de Exactas de la UBA. Viven en Buenos Aires, pero nos vemos y seguimos unidos. El otro es el grupo de mis compañeros de secundaria, que nos juntamos una vez por mes, y del cual conservo a unas amigas muy especiales con quienes comparto las cosas importantes de la vida”, concluye en su Back Office.