En informática… ¿hay cuestión de género?

Lia Molinari
Lía Molinari

Cuando cursé la carrera de Calculista Científico en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP a fines de los ‘70s, había mayoría de mujeres -alumnas y docentes-. Tal vez herencia histórica de la Segunda Guerra Mundial, donde muchas mujeres, marcadas por la dedicación y una gran capacidad de abstracción, fueron empleadas como eficaces “calculadoras” para descifrar los mensajes del enemigo. 

Hoy las aulas muestran una situación diferente, inversa, “a la menos 1”, diría yo. Este año, el porcentaje de mujeres inscriptas en las carreras informáticas de la UNLP no superó el 18%. Y no es un un fenómeno local, es lo que pasa en gran parte del mundo, excepto en los países nórdicos europeos.

Hay diferentes miradas acerca de las causas que originan que las mujeres se vayan retirando lentamente de las carreras de informática. Pero se coincide en señalar lo perjudicial de la construcción del estereotipo que sostiene que quien programa es un varón, un poco críptico, un nerd de vida social restringida. 

El país necesita muchos profesionales en informática, para su desarrollo productivo, económico y social. Las mujeres tienen que sumarse para lograrlo. ¿Nos ayudás?

Lía Molinari

¿Cuándo informática se transformó en una “carrera para hombres” y por qué? No cuestiono lo masculino, sino la poca presencia de mujeres. ¿Por qué no elegir una carrera que habilita la inserción laboral temprana y el crecimiento profesional y económico, en un mercado con gran demanda, en el ámbito público y privado, en docencia y en investigación?

La evolución de la tecnología impulsó el desarrollo del software y los servicios informáticos como motor y proveedor de ideas, de la mano de la creatividad y la innovación. Se necesitan profesionales para acompañar esta evolución y crear una fuerza productiva para poner a nuestro país al nivel de especialización que se requiere. La formación que proveen nuestras universidades en la disciplina es muy valorada. 

Promover las carreras en informática en las mujeres debe comenzar desde edad temprana, fomentando la curiosidad y el desafío del aprendizaje de la programación, donde el error no es un fracaso y se desarrolla la capacidad de abstracción.

El país necesita muchos profesionales en informática, para su desarrollo productivo, económico y social. Las mujeres tienen que sumarse para lograrlo. ¿Nos ayudás?

Lía Molinari
Profesora Titular – Facultad de Informática – Universidad Nacional de La Plata