IoT y la revolución energética

IoT y la administración de recursos. Machine Learning puede colaborar para que la tecnología haga un uso eficiente de la energía.

En nuestro día a día interactuamos con todo tipo de tecnologías. Algunas de ellas ya las hemos interiorizado a punto tal de creer que son algo natural, como, por ejemplo, abrir una canilla y que salga agua limpia y bebible; o tocar una tecla de luz e iluminar nuestra noche. Incluso aquello que sólo existía en cuentos fantásticos hace unas pocas décadas, hoy por hoy las vemos como algo natural.

IoT Ecosystem - Art Fernando Maniglia - Neurona BA

Ahora bien, todo este universo de tecnologías tiene algo en común, y es que consume energía, y no poca, justamente, ya que día a día ven la luz  más y más dispositivos que terminamos adoptando como naturales y básicos.

Generar energía no es tarea fácil, como tampoco lo es conservarla y por esa razón las grandes compañías tecnológicas hacen enormes esfuerzos para que sus productos sean cada vez más eléctricamente eficientes. Pero ver evolucionar a una lámpara incandescente de 100W a un led de 8W, o ver que nuestra notebook puede estar todo un día prendida con una sola carga, es solo una parte de esta revolución que implica administrar mejor los recursos generados.

Actualmente las energías renovables de bajo impacto ambiental, como la solar o eólica, empiezan a hacer uso del Machine Learning para predecir patrones climáticos. Estos algoritmos permiten elegir sabiamente cuántos recursos poner en generación, cuánta energía almacenar y cuánta distribuir. Esta práctica deviene en un menor desgaste en las piezas y alarga, a su vez su vida útil, lo que implica una mayor rentabilidad y una menor dependencia de las energías generadas, con un impacto ambiental mayor.

IoT es la siguiente revolución en el ámbito de administración de recursos, porque puede activar y desactivar altos consumos según cada necesidad real. A su vez, la creciente oferta de vehículos eléctricos y dispositivos móviles con baterías de alta capacidad, que permiten compartir su carga con otros dispositivos, posibilitará, en un futuro cercano, que los dispositivos IoT sean capaces de elegir cuándo cargar nuestro móvil o vehículo eléctrico y cuándo tomar energía de sus baterías, para devolverla a la red eléctrica en base a nuestras costumbres individuales o como población total. Esto volvería a todos los dispositivos conectados en una mega gran batería distribuida.

Está claro que no podemos devastar nuestros bosques para instalar plantas hidroeléctricas. No podemos contaminar nuestros océanos con residuos nucleares o nuestros cielos con CO2 sólo por estar un poco más frescos en verano y más calientes en invierno. Pero con tecnología para administrarnos bien podremos conservar nuestro mundo sin resignar aquello a lo que nos hemos acostumbrado.

Fernando Maniglia - Neurona BA
Fernando Maniglia

Por Fernando Maniglia
Gerente de Seaman. SRL