La Revolución Industrial, SE TERMINÓ

Por Rogelio Biasella,
docente e investigador Facultad de Psicología de la UNLP

Rogelio E. Biasella
Rogelio Biasella

¿Cómo pensar la educación básica, media, terciaria y universitaria con los avances en informática, telecomunicaciones, el uso de TIC y todos aquellos dispositivos y materiales que posibilitan avances en la comunicación mediada por ordenadores? Estamos en la era digital, que hace que nos apropiemos de recursos que hoy pueden resultar innovadores y en breve tiempo se conviertan en tecnologías obsoletas. Del mismo modo, cómo la propia cultura a la que pertenecemos incorpora las posibilidades de acceso que hemos tenido en los últimos desarrollos tecnológicos o la formación de la que disponemos para el uso de las TIC, es decir, básicamente cómo aprendemos y cómo enseñamos.

Nuestro modelo educativo está basado en los desarrollos que permitió la Revolución Industrial donde la base del hombre exitoso pos revolución se centraba en acumular saber, un saber enciclopedista que en algún momento de la vida se utilizaría.

En la actualidad se hace referencia a las nuevas tecnologías educativas, ya no se tiene en especial consideración a medios como el video o la televisión convencional, que hace unas décadas tuvieron un gran protagonismo en el campo de estudio de la tecnología educativa. Las nuevas tecnologías en la actualidad comprenden básicamente el estudio y aplicación de las tecnologías digitales y los sistemas de telecomunicación; es decir, ordenadores multimedia y periféricos como el escáner, las impresoras, cámaras digitales, etc., y las redes de ordenadores, cuyo máximo exponente es la red Internet. Es decir, en valor de metáfora: el micro chip, ese pequeño invento que permite almacenar grandes volúmenes de datos que nos obliga a seleccionar y particularizar la información que está a nuestra disposición.

Estos medios no sólo han ampliado y mejorado exponencialmente nuestra capacidad para manejar, tratar y comunicar información y conocimiento por sí mismos, sino que además han asimilado prácticamente todos los demás recursos que ahora se integran en ellos.

Hoy aprendemos bajo un concepto invisible, no dicho, prácticamente asimilado en su uso sin detenerse a darle la dimensión que posee: multimedia, donde se integran los saberes. La fotografía, la televisión, el teléfono, el vídeo, el diseño gráfico o la composición musical tradicionales, por citar algunos ejemplos, han pasado por el tamiz de las tecnologías digitales ampliando sus posibilidades educativas en su versión digital.

Hoy, cuando escucho, leo, escribo, pienso en la responsabilidad del hombre digital, del hombre que ha construido otra realidad, que no es necesario acumular saber porque está a disposición; que un libro, sólo ocupa unos megas, que lo lineal pierde objetividad para alcanzar dominio en una disciplina.

Entonces, señores funcionarios, en la era digital, no incorporemos ignorantes digitales al mundo de la educación.