Las tres C del trabajo remoto: comunicación, colaboración y conexión
El actual contexto presenta un desafío para todos, principalmente para aquellos negocios y trabajos que deben adoptar rápidamente el trabajo remoto. La industria de la tecnología fue una de las pioneras en hablar de teletrabajo y hoy alcanza a cualquier tipo, sector, organización y personas. De todos modos, aún hay barreras culturales en muchas organizaciones que viven esta experiencia por primera vez.
En Microsoft tenemos una modalidad de trabajo flexible, donde la gran habilitadora para que esto suceda es la nube, que con aplicaciones como Microsoft Teams permiten operar en distintos dispositivos.
Microsoft Teams, con sus 3 años en el mercado, ya superó los 44 millones de usuarios activos en todo el mundo, más de 650 organizaciones tienen más de 10 mil usuarios, está disponible en 181 mercados y en 53 idiomas.
Desde esta plataforma todos pueden reunirse, chatear, realizar llamadas y colaborar. A su vez nuclea y sincroniza todos los programas de la suite de Office: desde Word, Excel y Power Point hasta Planner y One Note. Junto con los programas para trabajar se habilitan una serie de funciones que permiten mejorar la comunicación y el trabajo colaborativo en las reuniones, como la supresión del ruido en tiempo real, ya que existen sonidos de fondo que pueden resultar distractores; alzar la mano para indicar que algún participante quiere hacer un aporte (este gesto envía una señal visual) ; realizar reservas de turnos, por ejemplo para entrevistas laborales o consultas médicas; y el soporte ante una baja o nula conexión a internet, permitiendo aun así leer y enviar mensajes.
Ante un escenario como el actual, donde los trabajadores y las empresas afrontamos desafíos constantes e inesperados, las herramientas de trabajo colaborativo son una pieza fundamental para mantener a las organizaciones productivas y a los equipos conectados, comprometidos y activos. En este sentido, las tres “C” que guían y sintetizan el trabajo remoto son comunicación, colaboración y conexión. Este trinomio no funcionaría sin un actor central: las personas.
Por: Alejandro Stecconi
Director de Negocios de Nube de Microsoft Argentina
