Trazabilidad de Contacto usando Inteligencia Analítica
“Aplanar la curva” y “bajar el R” no tenían para nuestro equipo ningún significado hasta marzo de este año. Si bien conocíamos fenómenos que tenían un comportamiento viral, hasta ese momento no habíamos entrado en contacto con modelos epidemiológicos y SIR era, simplemente, una forma respetuosa de dirigirse a un caballero en inglés.
La pandemia desatada por el virus SARS-CoV-2 nos obligó a conocer nuevos términos, a modelar el impacto de medidas no farmacológicas como las restricciones de circulación sobre la tasa de contagio y a leer infinidad de artículos (entre ellos, “El Martillo y la Danza”) sobre las formas de combatir la pandemia.
La trazabilidad de contacto consiste en la investigación de la red de personas que estuvieron expuestas a una enfermedad contagiosa, con el objetivo de tomar medidas que conlleven a reducir la tasa de contagio. En Coursera ofrecen de forma gratuita un muy buen curso sobre esta temática (https://www.coursera.org/learn/covid-19-contact-tracing) . Suele ser un proceso manual, engorroso, que requiere de una gran cantidad de personas y con muchas imprecisiones porque se basa en la memoria de los pacientes.
La curiosidad, la experiencia y la necesidad de buscar soluciones a un problema que afecta prácticamente a todas las personas del planeta nos llevó a usar nuestra experiencia en ciencia de datos para aumentar las capacidades de los métodos de trazabilidad de contacto tradicional. Pusimos al alcance de la salud pública la posibilidad de enriquecer las bases de datos con información relevante, encontrar relaciones entre las personas y configurar un sistema inteligente de alertas que permita tomar decisiones informadas, basadas en datos; identificar riesgos y pensar en cursos de acción para mitigarlos.
Mostramos esta idea de forma local, luego traspasó fronteras y la idea terminó de desarrollarse a través de un equipo global que conformó toda una propuesta de valor al servicio del control de la pandemia.
La trazabilidad de contacto es una herramienta de comprobada eficacia para detener o ralentizar el avance de una epidemia. Si sumamos capacidades analíticas como el trabajo con grafos, alarmado inteligente y resolución de entidades es posible mejorar sustancialmente los resultados.
Conocemos de primera mano lo desafiante que es incorporar inteligencia analítica en las decisiones relacionadas con las políticas públicas, pero no hay peor lucha que la que no se libra. La salud de todos es un gran motivo para recorrer este camino.
Por Ana Hidalgo, Customer Advisory Manager – SAS Cono Sur
