Buenos Aires Único

Por Rogelio Biasella,
docente e investigador Facultad de Psicología de la UNLP

Rogelio E. Biasella
Rogelio Biasella

Me detuve a pensar en la complejidad de la provincia de Buenos Aires, en los recursos tecnológicos, en su población y, en especial, en todos los profesionales de la salud que por estar en una pandemia hemos tenido que modificar nuestros hábitos de vida.

Hace diez años me encontraba sumergido en la problemática ambiental, específicamente en Psicología Ambiental, donde el territorio deja de ser físico para crearse culturalmente, esa especificidad que nos determina: la identidad social urbana.

Pensé por qué no me permitía soltar mi imaginación y construir un modelo idealizado de la provincia de Buenos Aires, sin compartimentos estancos, sin réplicas de información por cada ministerio, organismo o sala de atención primaria de la salud. Pensé en la posibilidad de integrar la información, cómo dicen muchos “el dato”, su complejidad en su dimensión tripartita. Y mientras recorría la geografía de nuestra provincia, con un mundo de realidades diferentes que no pueden ser estandarizadas, pensé en la interoperabilidad de la información, con un objetivo: “La Calidad de Vida de los Bonaerenses”.

Hoy, 2020, están dadas las condiciones tecnológicas para hacerlo. El rápido avance en las TIC posibilita trabajar con múltiples datos, inabarcables hace 20 años, con diferentes orígenes, con estructuras que antes eran incompatibles y hoy no lo son. Tenemos la posibilidad de que la accesibilidad de las plataformas sea amigable con el ciudadano que, en definitiva, es el usuario.

Sistemas de información digitalizada e interoperable, robots, aplicativos de realidad virtual y realidad aumentada, inteligencia artificia, análisis masivo de datos y una mayor conexión entre profesionales, técnicos y usuarios, agrupados en las redes sociales o las plataformas de interacción específicas. Es parte de una gran transformación social hacia el mundo digital, que afecta a todos los sectores productivos.

Por qué no soñar con un Buenos Aires Único, con la capacidad que hay en nuestras universidades, colegios, creativos e inventores. Por qué no pensar que la solución puede surgir de los agentes provinciales, que conocen las necesidades del ciudadano. Por qué no pensar en cambiar normas desactualizadas, que se convierten en máquinas aceitadas de impedir. Por qué no pensar en Buenos Aires Único, un mundo digital al servicio de la gente, un mundo actualizado, sensible, que aproveche los recursos y construya una identidad digital asociada a un territorio que va más allá de lo físico, el que está interiorizado en la cultura bonaerense.