Eduardo Poggi: el perfil de un versátil científico de datos.

Eduardo Poggi estuvo ligado a la tecnología desde muy joven. Arrancó en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, donde se recibió de Licenciado en Ciencias de la Computación Científica en 1985. Unos años antes de su graduación, con 20 años, ya trabajaba como system programmer y de aquella época recuerda: “todavía en los sistemas operativos y el software de base había mucho por hacer, no venía todo tan enlatado”.

Eduardo Poggi - backoffice

Hoy, a 40 años de ese inicio, es asesor en la Dirección de Analítica de AFIP y cuenta con una vastísima carrera profesional en el campo tecnológico y una larga trayectoria académica, orientada a los datos, la lógica y la inteligencia artificial. Trabajó un tiempo en el ámbito privado, pero fue en el sector público donde mayor desarrollo tuvo su carrera. “Hice consultoría, en pequeñas y en grandes consultoras, fui funcionario, estuve contratado, todas las modalidades posibles, en el país y, fundamentalmente, en el ámbito público de distintos países de América Latina”, sintetiza.

“La docencia me gusta muchísimo y le dedico un tiempo importante de mi vida. Me obliga a estar actualizado, a estar con gente joven que se plantea desafíos, y eso lo disfruto. Por eso, trato de mantener la parte profesional en ciertos horarios razonables que me permitan seguir con lo académico”, indica sobre su actividad como profesor de grado y de posgrado en distintas universidades.

No obstante, esa orientación a la parte “dura” de la tecnología, Eduardo cuenta que, además, le gusta “hacer muchas cosas”. Y su gran pasatiempo es la carpintería. “Me gusta trabajar con madera. Lo hago desde muy chico, con mayor intensidad en unas épocas y menor en otras, pero siempre estoy probando algo. Ahora, por ejemplo, experimento con el torno”, explica.

También disfruta de la lectura, el cine y los viajes, que emprende con su pareja, porque sus tres hijos “ya están grandes y emancipados, e inclusive algunos no viven en Buenos Aires. Así que desde algunos años mi tiempo libre es mío”, concluye.