Oportunidad para los bancos en su lucha contra el lavado de activos

Por Pablo Garriga Suárez, Head of Fraud Analytics SAS.

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Cuando se habla de gestión de seguridad pública, un eje importante tiene que ver con detener actividades de lavado de dinero, porque son el camino para financiar actividades ilícitas.

En general, se menciona que el lavado de dinero es un fenómeno dinámico que busca, de manera constante, desarrollar nuevos métodos que se adaptan rápidamente a escenarios cambiantes y que está atento a las debilidades del sistema. Es por ello por lo que los gobiernos han puesto un foco estratégico en ese delito desde hace muchos años.

En la Argentina, el lavado de activos es un delito que adquiere cada vez mayor importancia y se combate a través de un amplio marco regulatorio (ley 25.246, regulaciones emitidas por la UIF -Unidad de Información Financiera- y el BCRA). La legislación vigente facultó a la UIF a establecer los lineamientos para la gestión de riesgos en entidades financieras (Res. 30/2017 y modificaciones en Res. 156/2018 del 26/12/2018), teniendo entre sus obligaciones solicitar informes y antecedentes en pos del principio de “Conozca a su cliente”.

Los motivos de sanciones principales son incumplimientos de tipo formal que podrían haber sido evitados al fortalecer los controles básicos de las entidades afectadas. Es una gran oportunidad para optimizar costos y riesgos, ya que cualquier plataforma de gestión de casos de Prevención del Lavado de Dinero (AML) pueden ponerse en un proceso seguro.

Esta plataforma de gestión de AML debe permitir también automatizar parte de la elaboración de los reportes regulatorios, minimizar la cantidad de errores y ganar eficiencia operativa para la entidad, liberando tiempo de estos recursos para realizar investigaciones más robustas y bajar el trabajo operativo.

En la medida que el enfoque basado en riesgo se utilice más fuertemente en las organizaciones observaremos una caída en este tipo de casos, vinculados con errores de forma. Veremos eventos más complejos donde la dificultad radicará en explicar en forma simple esa complejidad al regulador.

Existe una oportunidad de mejora en los procesos internos de los bancos en su lucha contra el lavado de activos. Esto se refleja en pérdida de productividad, trabajo operativo que no agrega valor y un riesgo alto a sanciones del regulador por eventos no detectados.

En conclusión, una plataforma analítica de gestión del fraude es una herramienta que permite ordenar los flujos de trabajo internos, dar trazabilidad y auditoría al circuito, agilizar los procesos de investigación, facilitar el acceso a información relevante para confirmar o no la sospecha con agilidad y enriquecer el proceso con la incorporación de reglas analíticas de mayor complejidad.

Pablo Garriga Suárez - Head of Fraud Analytics SAS.
Pablo Garriga Suárez – Head of Fraud Analytics SAS.