Las capas geológicas del IoT

Desde su espacio de LinkedIn, Fernando Maniglia, alma máter de SeaMan SRL, comparte videos de proyectos basados en Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial, machine learning, deep learning y mucho más. Apasionado de la tecnología y pragmático por excelencia, define: “IoT consiste en hacer telemetría -medir algo a distancia-, y telecomando –manejar algo a distancia- “.

En la extensa charla que mantuvo con Neurona BA, arrancó con un análisis de la evolución histórica de lo que hoy es IoT y subrayó que se trata de “algo viejo”, que comenzó en 1874, con un equipo de medición climática –sensores a distancia- que un grupo de científicos instaló en la punta del Mont Blanc y obtuvo telemetría por primera vez. “Esa evolución natural de la tecnología luego siguió con el desarrollo industrial y la necesidad de las fábricas de producir a mayor velocidad. Para automatizar se usó un mecanismo que tampoco es nuevo: Scada”.

Proyecto Horus - Neurona BA

Fue Kevin Ashton, en 2007, quien definió por primera vez, en una conferencia sobre RFID, el concepto IoT. No se trataba de un producto o una marca, sino de un concepto: el Internet que comunica las cosas, que, además, está al alcance de todos, e informa a un servidor central. “Se trata de un cambio de paradigma de gran impacto en nuestra sociedad, donde empiezan a ganar valor el pensamiento, el arte, la tecnología y la ciencia. El humano no está ya al servicio de una tuerca. Ahora puede ir más allá, puede crear y la humanidad puede avanzar hacia la valoración de las ideas y no tanto del trabajo físico”, analiza Maniglia.

La evolución de los dispositivos

“Para que la tecnología IoT evolucione, debe ser barata. Y ese patrón hizo que empezaran a aparecer las primeras placas, entre ellas la ESP01, la más chiquita, pobre y lenta, pero con un valor de sólo 3 dólares. Al poco tiempo, aparecieron otras placas, que significaron nuevos saltos evolutivos: la ESP 12 (con la capacidad de hacer casi todo lo referido a IoT); la ESP32 (con más potencia, más núcleos, más memoria), hasta llegar a una de las últimas, la ESP 32 Cam, la misma placa, pero con una cámara y a un precio de sólo 8 dólares”, sintetiza Maniglia sobre los sucesivos saltos evolutivos que protagonizaron estas tecnologías.

Para evitar una interconexión caótica de los dispositivos IoT, se creó un protocolo, el MQTT, para que los dispositivos trabajen entre ellos y todos los sistemas sean compatibles. “MQTT requiere tener un servidor, algo que se denomina bróker, un publicador y un suscriptor. Este es el protocolo más usado para IoT, pero no es el único, otro muy usado es http vía API REST sirve, fundamentalmente, para subir imágenes completas, audio, bloques de información mucho más masivos”, especifica.    

Con respecto a la expansión del IoT en nuestro país en los próximos años, Fernando afirma contundente: “va a seguir avanzando, por los bajos costos, el aumento de procesamiento de las placas entre otros factores. Generar Smart Cities es complejo de implementar, pero fácil de hacer con estas cámaras económicas, o sea que, en poco tiempo, con estos dispositivos se puede generar una revolución y a medida que las personas se acostumbren a esta tecnología, la expansión se hará de una forma muy armónica.”

Los proyectos Horus, Isis y Osiris

Proyecto Horus - Neurona BA

Consultado acerca de los proyectos que llevan adelante en SeaMan, Fernando indica que “el primer proyecto de inteligencia artificial cognitiva que encaramos se llama Isis, y el segundo, Osiris. Isis y Osiris, en la mitología egipcia, eran los padres de Horus, el ojo, que representa a cada uno de los sentidos. Así, tomamos imágenes, sonidos o datos y buscamos que se interpreten de manera cognitiva. Buscamos que al interpretar los distintos patrones de un determinado modelo que se haya utilizado para entrenar, se genere algún tipo de definición con relación a eso.”

El IoT y, por ende, la industria 4.0 que mezcla lo físico con lo cibernético, a diferencia de las otras, tiene la capacidad de interconectarse con los mecanismos de machine learning y deep learning, donde cada uno de los dispositivos no está programado por una persona, sino que puede ir aprendiendo sobre los procesos e ir mejorándose por sí solo.

“Hoy, con una placa de 8 dólares podríamos implementar un sistema para la detección del uso de barbijos, o la medición de la temperatura y/o pulsaciones de las personas, o la seguridad perimetral, o la trazabilidad de un servicio de transporte de productos, entre mucho otros”, sostiene.

BACKOFFICE: Geek desde la cuna

Fernando Maniglia - Neurona BA
Fernando Maniglia

“Me gusta intentar que cualquier información que yo tenga, se pueda usar de alguna manera”, sintetiza Fernando Maniglia sobre sus pasatiempos y lo que hace cuando no está trabajando. Le gusta “editar, sacar fotos, cocinar, arreglar autos, programar, diseñar circuitos y armar muebles”. Y su gusto por el dibujo y la escritura es parte del acervo familiar, ya que su padre es un reconocido artista plástico que fue director del Colegio de Bellas Artes de Buenos Aires, y su madre, gerente de empresas, que abrazó con dedicación la poesía y la prosa.

Oriundo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, vive con su pareja en Caballito y, según cuenta, en 300 metros a la redonda se encuentran todos sus familiares.  Hizo la secundaria y se recibió de Técnico Electrónico en el Instituto Industrial Luis Huergo. Luego continuó estudiando en la Facultad de Ingeniería de la UBA y colabora con estudiantes universitarios argentinos y extranjeros, para finalizar sus tesis de tecnología (son 10 grupos del MIT y un grupo de Harvard).

 Y, a pura inquietud emprendedora, se convirtió en empresario del software, la tecnología y la videoproducción. “Desarrollamos tecnología prácticamente para lo que sea necesario: desde tecnología “farandulera” como proyección holográfica, mappings, hiperedition , hasta emprendimientos académicos, como el Proyecto Horus, que está basado en algoritmos de deep learning, que simulan, de algún modo, las redes neuronales de un ser vivo elemental”.