Tecnología y servicios en el municipio de Avellaneda

Los desafíos y la gestión en uno de los municipios más poblados del cordón metropolitano de la Provincia. Con un enfoque que va más allá de la informática, Avellaneda asume nuevos proyectos tecnológicos para mejorar las políticas públicas que llegan al ciudadano.

“La Secretaría de Tecnología de la municipalidad de Avellaneda tiene la función de definir la estrategia del posicionamiento tecnológico de Avellaneda y la estrategia de la gestión municipal de cara a la tecnología”, explica su titular, el ingeniero Luis Lonardi.

Luis Lonardi

En un municipio que se caracteriza por tener una gran cantidad de proyectos vinculados con la informática, desde las distintas áreas de gestión, han encontrado la manera de evaluarlos para su implementación, a la luz de un análisis por ejes estratégicos.

“Evaluamos los proyectos a partir de su rentabilidad, su impacto de política pública y su posicionamiento tecnológico. Hacemos esto porque hay proyectos que generan muchísimos ingresos, que son necesarios, pero que no tienen impacto de política pública, y, a la inversa, hay otros, necesarios, que no generan ni ahorran. Con este análisis tomamos decisiones”, indica. 

Con un equipo de trabajo compuesto por veinte personas, al que se sumarán próximamente 20 profesionales informáticos, la estructura de la Secretaría de Tecnología está formada por cuatro áreas operativas: infraestructura, redes y comunicaciones, desarrollo y soporte.

“La primera se ocupa de los datacenters, servidores, ups, aires acondicionados, generadores y todo lo que no se ve y es necesario para funcionar. La segunda se encarga de todas las redes del municipio, y esto incluye los 50 km. de fibra desplegados en el municipio, donde se montan 900 cámaras y se conectan las delegaciones con el palacio municipal. Desarrollo se enfoca en los sistemas de recaudación, expedientes, recursos humanos y Rafam, como sistema de presupuesto. Mientras que desde soporte se atienden las 300 máquinas que hay en el municipio y otras áreas que hay en las delegaciones”, resume Lonardi.

El proyecto destacado

Consultado sobre qué proyecto, de los implementados o a implementar, destaca por sobre los demás, Lonardi manifiesta que a partir de 2019 en el municipio se decidió que desde la Dirección a su cargo se administren y mantengan todos los sistemas del municipio y el trazado de fibra óptica. “Eso hoy se hace a través de terceros y genera un costo alto.

Para hacer esa tarea desde la municipalidad, vamos a incorporar a 20 profesionales, ingenieros, programadores, y analistas, con el objetivo de llegar a fines de 2020 listos para mantener nuestra infraestructura de sistemas. Esto implica un ahorro de 26 millones de pesos por año”, sostiene.

Dice también que el datacenter con que cuenta el municipio es “bastante” moderno y que de a poco han comenzado a migrar a la nube. Y, fundamentalmente, quiere destacar que tiene la visión de posicionar Avellaneda como polo tecnológico: “Nos gustaría que los graduados de cualquier universidad puedan especializarse aquí en nuevas tecnologías (IoT, redes RPMA, Data analysis, Big data, Tablero de control, Dashboard, Análisis de datos, etc)”.

Algunas definiciones

  • Hay que aprender a asociar la tecnología al negocio y decidir adónde ir.
  • Debemos desterrar el “vicio” argentino de enamorarse de la tecnología, comprarla y después decidir qué hacer.
  • No siempre la última tecnología de punta, carísima, es lo que se necesita: hay que evaluar el contexto.
  • La tecnología es sólo una herramienta, muy poderosa pero una herramienta al fin.
  • La gestión no debería mirar el color político de la Provincia o de los municipios, sino que debería ser gestión pública.
  • Hay que optimizar la eficiencia en el funcionamiento de los procesos de gestión.

Entre la informática y la música

Luis Lonardi tiene 60 años, es Ingeniero industrial (UBA) e Ingeniero en Telecomunicaciones (ITBA) y también hizo un MBA en el IAE. Su sólida formación en el campo de la tecnología no le ha impedido desarrollar su otra pasión, la música, que aún hoy disfruta y que lo ha llevado a tocar en cafés emblemáticos como el Tortoni. Es guitarrista y en ese ámbito conoció a su esposa, cantante, con quien tuvo cuatro hijos, 3 varones, que ya dejaron el hogar familiar, y la hija menor, que aún vive con sus padres.

“Todos se dedican a alguna rama del arte, el único nerd soy yo”, afirma sonriente. 

Se desempeñó en el ámbito privado y destaca su paso como gerente de tecnología de la empresa Lo Jack. Más allá de lo disruptivo de la compañía, rescata el modelo de gestión que allí desarrolló, enfocado en los objetivos, los resultados y el clima laboral. “Digamos que me traje la experiencia de lo privado pero para dar servicio a los ciudadanos”, sintetiza.

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