Ahora, tenemos el desafío de hacer INTELIGENTES a las ciudades argentinas

Por Fabián Alejandro Garófalo, fundador de SmarterCities/Ciudades+Inteligentes  smartercities.ar Asesor de ONG´s, organismos de estado de varios países y fuerzas de seguridad en estrategias de Ciudades Inteligentes, Gobierno Abierto y Seguridad Ciudadana. Miembro asesor de la Red de Ciudades Inteligentes de Argentina (RECIA) y del Instituto Ciudades del Futuro.

Fabian Garofalo
Fabian Garofalo

Para un desarrollo sustentable capaz de mejorar las condiciones de vida de su población, la ciudad debe poder capitalizar oportunidades. Desde esa mirada, se requiere de herramientas que permitan reconocer, interpretar y actuar en diferentes escalas de abordaje, mediante la formulación de estrategias, programas e instrumentos que introduzcan “inteligencia” y “lo digital” a la gestión.

Sean pequeñas o grandes, todas las ciudades pueden innovar, y mucho. No sólo en lo que suceda en ellas, sino en la gestión gubernamental, que es lo que más influye en la calidad de vida de los ciudadanos y en su transformación.

Hoy, las tecnologías están disponibles en todos los ámbitos, dejaron de ser algo distante para quienes gobiernan y ofrecen una enorme cantidad de nuevas herramientas que permiten gestionar mucho mejor las políticas públicas y tienen una incidencia muy importante en los ciudadanos y los lugares donde viven. Antes, la distancia y el desconocimiento eran enormes. Hoy se sabe que las posibilidades tecnológicas están realmente a disposición para avanzar, con su uso, en la transformación digital de las ciudades.

Hacia adelante hay objetivos nuevos, con nuevas posibilidades. Ese aumento de capacidades posibilita desplegar un nuevo horizonte de servicios y oportunidades de mejoras transformadoras, con acceso a una gran cantidad de información que permite más eficiencia y mejor toma de decisiones para el rediseño de políticas públicas. De hecho los modelos de transformación digital de las ciudades, se basan, sustancialmente, en subsistemas, que están interrelacionados con las TIC.

Subsistemas existentes transformados como las Smart Grids, el Smart Metering, los Smart Buildings, el Smart Waste, la sensorización y la Internet de las Cosas, la eMobility y el transporte público sostenible, la Healthtech, la transparencia entre gobiernos y ciudadanos y estos últimos convertidos en Smart Citizens, Blockchain, Inteligencia Artificial, Big Data, robótica, conexión 5G, la Realidad Aumentada y experiencias inmersivas, todos funcionando orquestados para recopilar los datos necesarios para hacer inteligente a la ciudad; son parte fundamental para mantenerla conectada e informada, y hacer que cada subsistema cumpla su función.

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Involucrar, desde el principio, a todos los actores implicados

Los gestores de las ciudades deben avanzar en la creación de un área consultiva para la transformación digital, que asesore en el diseño de la propuesta de las políticas públicas en materia de transformación digital en sus diferentes ámbitos: telecomunicaciones, infraestructuras digitales, servicios de comunicación audiovisual, digitalización de la economía, la administración y la ciudadanía, el fomento y regulación de los servicios digitales, y el impulso de la economía y sociedad digitales, sumados a los subsistemas indicados más arriba.

El mismo debe tratarse de un órgano público-privado integrado por representantes de la Administración Pública y asociaciones, expertos y entidades económicas y sociales del ámbito privado vinculadas a la transformación digital y la experimentación de las nuevas tecnologías digitales y debe ser capaz de cuantificar el rendimiento de las inversiones o percibir las nuevas oportunidades de negocio ofrecidas por el mercado en cada momento.

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Deconstruyendo la transformación digital de las ciudades

Una de las formas de avance rápido en la transformación, es un modelo en el que las comunidades más pequeñas, o ciudades de pequeños municipios, y con problemáticas comunes, se constituyen como un “área metropolitana”, y así unen fuerzas para implementar soluciones de tecnología en conjunto. Esto es una muestra de dilución de diferencias políticas en aras de los intereses de la ciudadanía.

Todas las capacidades mencionadas serán parte necesaria del derecho a la ciudad, el derecho a habitarla y participar de su gestión, de hacerla y rehacerla, de reinventar a los ciudadanos. La transformación digital continuará ganando importancia como parte de la vida cotidiana. Su potencial aplicado a las ciudades es tan grande que ni siquiera podemos imaginar cuáles son sus límites.

Es importante tomar un rol activo, vigilar su posible abuso a la vez que continuamos imaginando formas de ponerla a trabajar, buscando promover nuevos modelos de desarrollo económico, impulsar soluciones de gestión y sectores productivos vinculados a la eficiencia energética, la economía circular o la economía verde, y avanzar así hacia un modelo de desarrollo urbano integrado.

¿Es una revolución o una evolución? ¿Se trata de un simple cambio de estrategia o de un cambio planificado de estrategia hacia la transformación digital? Vivimos una pérdida de certezas, cosas que dábamos por ciertas, ahora hay que ponerlas en duda.

Tengamos en cuenta que existe un PACTO (Personas, Acciones, Colaboración, Tecnología, Objetivos) que nos muestra que la tecnología por sí sola no es suficiente para conseguir resultados. Una auténtica transformación digital requiere tener la certeza de que los gestores de la ciudad cuentan con las personas adecuadas y la mezcla correcta de habilidades. Son previsibles las respuestas en cómo superar esa insuficiencia: ejecutando programas acelerados de formación, reclutando al personal cualificado, siendo ágil e iterativo y compartiendo conocimientos entre áreas dentro de la gestión y entre las propias ciudades.

Por todo lo expuesto, las Administraciones Públicas necesitan abordar procesos de transformación digital, que les posibiliten optimizar tanto la planificación como la gestión de los entornos urbanos para que las ciudades sean espacios más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, tal y como se propone en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

El futuro es hoy y la transformación digital de las ciudades ya no es una historia de ciencia ficción de un libro o una película. La innovación, la recopilación de datos y las nuevas tecnologías convierten a las ciudades de todo el planeta en esferas de inteligencia donde sus habitantes tienen un rol preponderante de cara el presente y, sobre todo, al futuro.