Un mundo diferente, un modelo para pensar

La constante evolución y transformación digital ha supuesto un cambio sustancial en todas las actividades de nuestro entorno, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Cada vez es más habitual escuchar hablar de la importancia y el valor que aportan los datos, así como de los términos de Big Data y Data Science. Ambos se asocian a grandes volúmenes de datos, pero no siempre queda clara la diferencia que hay entre estos dos términos, que, aunque relacionados, en realidad no son sinónimos.

Casi todas nuestras acciones cotidianas producen información, que es recopilada en un proceso tan natural como desapercibido. Las grandes empresas y los gobiernos se han valido de la recolección de información para fines comerciales o sociales –para bien o para mal– desde hace
siglos. Sin embargo, hace unas pocas décadas que existen dispositivos diseñados para convertir nuestros hábitos al usarlos en información recopilada en tiempo real y con alta precisión.

La información se extrae de casi cualquier aparato digital. Todo lo que hacemos con ellos deja un rastro que, unido a otros, configuran el mundo casi como un sistema neuronal. La big data es el resultado: gran cantidad de información almacenada que puede ser analizada para obtener modelos y patrones de comportamiento.

Por su parte, podemos definir a La Ciencia de Datos como la disciplina que usa técnicas avanzadas de análisis de datos para resolver problemas, aplicando matemática, estadística y lógica.

Puede ser útil para sociólogos, antropólogos, médicos, urbanistas y empresarios. Por ejemplo, un Ministerio de Salud puede cruzar sus propios datos disponibles con otras fuentes para conocer mejor a la población, diseñar políticas públicas más eficientes, entre otras cosas.

El sector público requiere en primera instancia la apertura de datos con la finalidad de construir nuevos objetivos, reutilizar datos. Esta apertura de datos, puestos al alcance de la sociedad, contribuye a acercar el conocimiento a los ciudadanos, pero también les permite ser partícipes en la propuesta y desarrollo de soluciones, estando en presencia de un Sistema Nervioso Digital que nos lleva a transformaciones sociales y a una mejor calidad de vida.

por Rogelio E. Biasella
Docente e investigador Facultad de Psicología de la UNLP